domingo, 19 de diciembre de 2010

Hoy es domingo

y, extrañamente, me encuentro muy a gusto. Acabo de comer sin que me moleste nadie y ahora estoy sentada en la cama escuchando música (en la gloria). Ahora me pongo a preparar el trabajo para mañana, el gato está en coma gatuno, la estufa calienta la habitación y yo me escondo debajo de la manta.
No es un domingo astromántico, los astros no me acompañan. Esta mañana me he levantado acompañada de sueños. Sueños que se han desvanecido en cuanto he puesto un pie en el suelo. Tú (fantasma) me acompañas a todas horas, y yo no hago nada para que salgas volando.
Llevo dos días asolas, acompañada por tu simple (no)presencia y por la del felino. Echarte de menos y desear que te aparezcas ahora mismo aquí conmigo no sirve de nada.
Desearte ahora es lo más irresponsable que puedo hacer (a parte de no estudiar...). Pero, extrañamente no me siento sola. Sólo falta que haga un poquito de sol para sentirme bien del todo. Ojalá todos los domingos fueran como éste!
Y estoy aprendiendo a escuchar tus canciones...

1 comentario:

Kushú dijo...

mmm.... yo los domingos huelo a aguarras jaja