domingo, 30 de enero de 2011

Vale, ahora que por fin se acabaron los exámenes y puedo decir que tengo algo más de libertad, me da por pedir que hagan algún concierto por valencia... No es mucho pedir, ¿verdad?

Me apetece saltar.

martes, 25 de enero de 2011

Estoy deseando tener tiempo para no hacer nada más que:

a) Leer

b) Escuchar música

c) Salir de casa ( y la biblioteca no cuenta)

d) Dormir

domingo, 16 de enero de 2011

Alguien te está observando

RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR, RODAR...

viernes, 14 de enero de 2011

Absent la mort,


jo mateix vaig matar-la ran d'ones.


Te deix, amor, la mar com a penyora, Carme Riera

miércoles, 12 de enero de 2011

Me pregunto si


¿Llega un día en el que te das cuenta que lo que estudias sirve para algo más que para aprobar los exámenes?


Espero que si.

martes, 11 de enero de 2011

Hoy he decidido...

-No perder más el tiempo! (jajaja)

-Por eso te dedicas a cambiar el fondo del blog, no? ; )

-Es que... ya estaba aburrida del otro...

-Lo sé, Clarita, lo se.

= )

PD/ ¿Qué os parece? ¿Demasiada flor? ¿Demasiado cursi?.

martes, 4 de enero de 2011

Algunas novelas consiguen atraparme casi literalmente. Me enganchan hasta el punto de no poder hacer nada hasta que se terminan. Durante unos días todo en mi mente gira alrededor de la historia (hasta en mis pesadillas aparecen a veces).

Como con cualquier cosa que disfrutas de verdad, lo único que no quieres es que llegue el final. Ese momento en que de repente las hojas escritas dejan paso a hojas en blanco y no queda más remedio que despedirse de los personajes.
A veces estoy tan sumergida en ellos que parecen más reales que la propia realidad. Deseo que esas aventuras tan fantásticas (y muchas veces tan terribles) no se queden sólo entre esas líneas escritas. Y es entonces cuando levantas la vista del libro y la realidad sigue ahí, tan irreal como la propia fantasía.

Acabar un libro me deja una sensación extraña, como de soledad y, sin embargo, sobre todo la sensación de que a partir de ese preciso momento los personajes y la historia son como unos viejos amigos que siempre están ahí.